El teatro como arma de guerra es algo que se ha utilizado infinidad de veces y Miguel Hernández, como persona implicada y comprometida en nuestra guerra civil, escribió estas cuatro piezas breves: “El refugiado”, “El hombrecito”, “Los sentados” y “La cola”, con el claro objetivo de dar moral a las tropas y propiciar el alistamiento de nuevos miembros a la causa, como ya explicó el mismo en el prólogo de su “Teatro en la guerra”. Con motivo del 80 Aniversario del final de la Guerra Civil Española, hemos querido rendirle homenaje a Miguel Hernández recuperando este teatro con el fin de que el público de nuestros días sepa lo que era este tipo de teatro, esperando que ningún bando, de ningún conflicto bélico vuelva a necesitar el teatro como arma de guerra, porque estas hayan desaparecido para siempre y podamos vivir en paz.